sábado, 14 de enero de 2012

Crétin.

Cretino, hijo de puta, cobarde. El caballero de las causas perdidas, el príncipe de la dulce pena, el rey de la soledad, el monstruo de las alcantarillas. El actor que fingía vivir, que fingía sentir, y que solo podía soñar.
Cientos de cuervos revolotean furiosos en este vacío existencial, en esta oscura catedral que invoca a las fuerzas del mal porque el bien se ha teñido de mediocridad. Tratan de buscar alguna salida que les deje estirar sus alas, esgrimir sus voces y morir en libertad, pero en las catedrales de mi alma no hay vidrieras ni rosetones, la oscuridad es infinita y huele a sangre en lugar de a incienso.

El gas y el humo nublan mis sentimientos. La razón es un buen escudo caballero, pero el sueño de la razón produce monstruos, y los monstruos hacen daño a las personas cuando salen a la luz, en forma de palabras crueles que hieren más que los puñales y las espadas. Y de nada sirven los escudos si no utilizas tu arma, si no eres capaz de esgrimir el corazón.

Y los odias. Los odias por ser banales, por ser ridículos, por ser felices. Y sufres porque eres incapaz de sentir lo que sienten. Eres asocial, esquizoide, megalómano, bipolar y violento, pero estás influenciado por esta mediocridad en salazón que llaman sociedad y sabes que el  que la empatía no sacuda tus entrañas y te caliente el corazón es malo, y tú, por mucho que te cueste admitirlo, lo eres también.


La culpabilidad es pesada carga, caballero. Te la inyecta la sociedad en salas blancas que apestan a látex y cloroformo. Llenan tu sangre de prejuicios, de dudas, de sentimientos y de humanidad, y esperan que te comportes como todo buen ser humano y hagas feliz a los demás. Pero, a pesar de esa tendencia a la vulgaridad, a pesar de que adiestran tu cerebro constantemente a discernir el bien del mal, de cuando en cuando surgen caballeros cretinos , fallos en la cadena de producción, que sufren, no por no ser diferentes, sino por no poder comprender a los demás. Por no querer comprender a los demás.

2 comentarios:

  1. El Príncipe de la Dulce Pena...jaja^^

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  2. Me parece fascinante lo que escribes. Usas mucho la metáfora y son cosas muy profundas y veraces lo que expresas.
    Esta es la parte que más me entusiasma: "el actor que finge vivir...", "cuervos que revolotoean furiosos en un vacío existencial...", "en las catedrales de mi alma no hay vidrieras ni rosetones...", y finalmente "La culpabilidad es pesada carga, caballero. Te la inyecta la sociedad en salas blancas que apestan a látex y cloroformo. Llenan tu sangre de prejuicios, de dudas, de sentimientos y de humanidad, y esperan que te comportes como todo buen ser humano y hagas feliz a los demás".
    Una crítica hacia la sociedad, hacia dónde te dirige o te enseña como actuar... Tendrías que echarle un vistazo a lo que dice Osho en un libro llamado, El libro del niño cuyo título es: Una educación revolucionaria de la educación infantil.

    Noah Fisheye

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