domingo, 3 de julio de 2011

Suicidaires oiseaux.

Pájaro de por vida encerrado, alimentan tu celda las mentiras, el amor, el metal y el alabastro.
Quiere llorar espuma para oler el mar, quiere tararear fados en el oeste, allá en el Atlántico, donde muere Portugal.
Y sueña con salir, para poder discutir con las flores, bailar cual arlequín y retar a los gorriones.
Mira sin mirar, a través de su jaula de alambre, de su metálica catedral, pensando en danzas de fuego, en trenes sin vagones, en el perfume que dejan las ballenas muertas en el mar.
Un día dejó de comer alpiste y el otro dejó de cantar, solo quería nectar de bemoles y música de azahar.
Una noche el pajarillo, cesó al fin de respirar, se volvió su corazón de hielo y sus piernas de cristal.

Salió así de su jaula en alegre y ligero volar.

¡Vuela alma de pájaro suicida, vuela libre de la soledad!




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