martes, 19 de julio de 2011

Un monde joyeux.

Un mundo perfecto es un mundo feliz, un mundo donde no existe la inestabilidad, el dolor, la soledad, el rechazo hacia la muerte. Un mundo donde todo el mundo pertenece a todo el mundo, sin lazos familiares ni amorosos, donde las relaciones humanas se resumen a la banalidad y al sexo. Un mundo donde no existe la envidia ni los sueños, donde todo el mundo ocupa su lugar en la sociedad y no desea ocupar otro mejor o más elevado. Un mundo sin enfermedades, sin vejez, sin individualismos.
Un mundo feliz, por tanto, no admite el arte, pues nace de la inestabilidad, el cambio y los sueños. El progreso es leve pues amenaza el orden. El amor está prohibido y también el miedo hacia la muerte. No existe el surrealismo pues nace de lo más hondo de nuestros deseos internos y, en un mundo feliz, ninguno de ellos está reprimido. Un mundo feliz es un mundo exclusivamente racional.
Para vivir en un mundo feliz debemos renunciar a todo ello, y muy especialmente a la libertad. Debes aceptar vivir condicionado y llevar la vida que te ha sido impuesta con feliz resignación. No puedes tener conciencia de ti mismo más que como uno de los millones de engranajes del orden social.

Seré estúpido, pero no quiero un mundo feliz. En él no existe la guerra, ni el hambre... las personas son siempre felices, desde que nacen hasta que mueren. Pero es una felicidad animal, superficial, infantil, algo que se definiría como el continuo cumplimiento de nuestros instintos y deseos, sin la necesidad de soñar con aquello que nunca hayaremos.
Prefiero esta tragedia a lo William Shakespeare que llamamos vida, en continuo cambio y experimentación. Con sorpresas, errores, alegrias y desgracias, porque la felicidad no es tal si no se tiene constancia de la tristeza.




En realidad, es sencillo saber si deseas o no un mundo feliz. Basta con plantearte que prefieres, si ser una marioneta de la sociedad, o serla del destino.

3 comentarios:

  1. leiste entonces el libro.. "Un mundo feliz" =)?

    ResponderEliminar
  2. tanto el destino como la sociedad subyugan al individuo, solo el individuo es dueño del propio individuo con todo lo que esto acarrea, cosas buenas y malas que, como has dicho, la una sin la otra no existen.
    Me encantó la entrada ^^
    sigue asi!!! =)

    ResponderEliminar