ceniza que cubre estos mis alambres
gotas de sangre convertidas en verso,
poemas que encierran sudor y masacre
La vida pierde su capa almidonada,
Es el cambio a áspera elegía
Cuán bendita es la ignorancia
Y cuán cruel la filosofía
Vives simplemente para no morir
Mueres por obligada circunstancia
Miedo a ese desconocido matiz
Fin de la luz y de la esperanza
Te agarras a la fe desesperado
Imaginas cielos y otras venturas
Endulzándo la muerte con grito ahogado,
Maquillando de lirios la sepultura.
Miedo a lo que siempre existió
Los hombres no somos etéreos
Pero el pensamiento y el amor
No pierden su valor por no ser eternos
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