sábado, 2 de octubre de 2010

Scepticisme.


No creo en el altruismo ni en la sociedad.
Dejé hace mucho de imaginar un mundo regentado por un dios, si es que algún día lo hice.
Reacio a creer en el orden y en el desorden, en la politica y en la autocracia, la utopía se convirtió en una quimera.
Nada está escrito, el destino no existe y el tiempo es relativo. La luz es oscura y la noche serena.
No creo en el cuerpo ni en el alma, sería como creer en orugas y mariposas. Como creer en la vida y en la muerte.
Los barcos zarpan y a las palabras se las lleva el viento, en un oceáno de sangre que apesta a salitre y a gritos de gaviotas.
Tampoco creo en el pretérito imperfecto, ni en el perfecto si es tu nombre el que recibe la acción del verbo.

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