martes, 5 de octubre de 2010

Rapide.

Llega un momento en la vida de un hombre en el que este debe admitir que ha cometido un error, se ha salido del camino atravesando un sendero que no conducía más que a un estrambótico desastre.
Admito mi error y soy consciente de lo que hice... pero no me arrepiento. Se debe encajar los problemas y aceptar que forman parte de uno.
Arrepentirse es fracasar y fracasar es darse por vencido. Darse por vencido es renunciar a tus sueños y eso es imposible: Ellos son más fuertes que tú.
Un sueño es un objetivo que cumplir, una razón por la que seguir luchando contra el viento, la sal y la marea de la vida. La clave está en apoyarse en ellos para seguir adelante y en utilizar tus errores como combustible.
Pero recuerda que en ese momento, solo podemos usar aquellos errores que hemos aceptado, aquellos que Wilde resumía con la palabra experiencia.


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