viernes, 25 de marzo de 2011

Angels.

Te juro que esto es lo último que te escribo. Soy egoista al hacerlo de este modo, pero hoy no me he sentido con fuerzas para hacerlo de otra manera. Por primera vez en un año tengo la sensación de que es el final, y solo ha hecho falta una frase para ello. Es lo último que te escribo y, sin embargo, no va dirigido a ti, si no a una persona que probablemente jamás llege a leer esto. Aunque ni si quiera va a necesitar hacerlo.
Cuídala, cuídala y haz que se sienta como el unicornio que siempre llevó en su interior. Cuídala porque no es humana, es más bien una de esas joyas que nacen cada mil años, un ángel para el que no está preparado la humanidad.
Mírala a los ojos cuando hables con ella, hazla sentir que estás ahí y que siempre vas a protegerla de este cruel sucedáneo de la vida.
Recoge siempre aquellas libélulas que deja allá donde pisa y que no son más que las huellas que van dejando los ángeles como ella por el mundo.
No tengas miedo a meterte de lleno en su laberinto, seguramente te pierdas y jamás lleges a encontrar la salida, pero vale la pena intentarlo. Basta con tener la conciencia de haber formado parte de su vida.
Protégela, por muchas capas con las que se cubra, por muchas máscaras con las que oculte su alma, su corazón es más débil que el de cualquier otro. Porque es así como son los corazones de los ángeles, de una frágil aleación de empatía y de cristal.
Escucha su voz reflejando con elegancia la palabra escrita. Saborea el perfume de su pelo todas las noches mientras sueñes.
Y regálale tu corazón, es caprichosa y jamás querrá devolvértelo, pero siempre tendrás la seguridad de que está a buen recaudo. Y sé para ella todo aquello que yo no fuí capaz de ser. Y haz que se sienta como la príncesa en la que mi idealismo la convirtió. Y haz que te enseñe el alma en cada carcajada. Y bésala, y abrázala, y muere por ella si es necesario.
Pero, por favor, no se te ocurra hacerla daño. Ángeles como ella están en peligro de extinción.



Ojalá lleges a quererla tanto como yo la quiero. Te lo deseo de corazón.

                                                                      

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